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Este es el punto de vista de una foránea que hizo de esta hermosa cuidad su casa.

Hace aproximadamente dos años me embarque en una aventura que implicó dejar el país en el que nací y crecí para llegar a un lugar completamente diferente, con nuevas costumbres, reglas y formas de ver la vida. Al principio, como toda situación  desconocida, la angustia me invadió y por poco me arrepiento de llegar hasta donde ahora estoy.

El nueve de marzo del 2017 el avión en el que viajaba aterrizó en Charlotte, la hermosa “Queen City” imponente y caótica, me recibió con toda la fuerza y el ajetreo propio de las grandes metrópolis.

Después de un año de enseñanzas, sinsabores  y muchas andanzas, conocí al  hombre responsable de traerme a esta hermosa cuidad. Era el año 2018 y  ese vació en el  estomago, regresó junto con los nervios y la incertidumbre   de comenzar de nuevo.

 

RECIBIR CON LOS BRAZOS ABIERTOS

Los meses pasaron y era tiempo de salir de casa y conocer nuevos lugares, nuevos rostros. La aplicación Meetup jugó de mi lado y encontré estas pequeñas reuniones semanales en Mean Mug, un café local en donde puedes aprender y practicar español, y en  ese momento pensé: esta es  la oportunidad perfecta para hacer amigos, sin tener que morir de nervios al hablar inglés, nada podía salir mal.

Llegue al lugar con el corazón en las manos, quién diría que alguien podría estar tan angustiado por algo tan cotidiano  y simple como una reunión para conversar y pasar un buen rato. Al final del pasillo en un rincón vi a un grupo de personas riendo y asumí que se trataba de la reunión que buscaba, asi que caminé hacía ellos y me presenté, la propietaria: Evelyn Medina me dio la bienvenida e invitó a unirseles, pasé una muy buena velada  todos fueron muy amables y yo me sentí como pez en el agua, hablando mi lengua natal. Dos horas pasaron y de repente todos comenzaron a hablar en inglés y yo empece  a tener un diálogo interno en mi cabeza:

  • Y ahora qué hago? qué tal si me equivoco al hablar?
  • Calma, solo respira hondo. No te quedes callada, solo di algo
  • Qué tal si no me entienden y hago el ridículo?
  • Solo intentalo

Me aventuré a contestar, con todo el pesimismo del mundo, cometí una cantidad garrafal de errores, tartamudeé y sude, y qué creen que fue lo que pasó? Absolutamente nada de lo que pensé, ninguno de mis miles de escenarios llenos de negatividad  se hizo realidad, al contrario, ellos sonrieron y continuaron platicando conmigo, tan felices y amables como cuando inició la velada.

Fue entonces  cuando me dí cuenta no era la lengua en la que hablaba, la que me hacía sentir feliz y bienvenida, era la compañía, eran las personas.

Esa fue una de las cosas con que Salisbury me cautivó: su candor y su gente, al final del día todos aquellos que residen, laboran o conviven en esta ciudad dejan parte de si mismos en cada rincón y construyen la esencia de Rowan County. 

 

ENAMORARSE DE UNA NUEVA CIUDAD

Aún recuerdo la primera vez que llegue a Salisbury, quede encantada con lo colorido del centro de la ciudad. Las pequeñas tiendas y los restaurantes, me transportaron a las películas que veía cuando era niña. En mi mente era un lugar sacado de una postal.

Dice un dicho que la belleza esta en los ojos del observador, y no podría estar mas de acuerdo, en ocasiones estamos tan envueltos en la rutina del día a día  que nos olvidamos de apreciar los pequeños detalles que nos rodean. Cosas tan sencillas como los escaparates de las tiendas, hasta las edificaciones llenas de historia y las  estructuras con una arquitectura exquisita  me dejaron boquiabierta. Así que si vieron a una chica tomando fotos del escaparate  de la dulcería en el centro de la ciudad,  sí efectivamente era yo.

Me convertí en esposa y madre en esta ciudad, y a pesar la nostalgia que me genera saber que la otra mitad de mi corazón esta en México con mis padres, estoy agradecida con Dios y con la vida por permitirme tomar todas las decisiones que me trajeron hasta aquí. 

 

Hoy por hoy  me siento profundamente afortunada por las simples cosas de mi día a día, asi como por las maravillas que me rodean, lugares como las galerias de arte locales en donde echo a volar mi imaginación o como Dan Nicholas park, en donde puedo hacer un sin fin de actividades, pues literalmente hay algo diferente dependiendo de mi estado de animo.

Esta es una historia personal, que trascendió fronteras. Que irónica es la vida si alguien me hubiese dicho hace 15 años que mi hogar estaría aquí en Salisbury, no daría crédito alguno. Pero aquí estoy , casi tres años han pasado y ya me siento en deuda con esta Ciudad. 

Gracias Salisbury por adoptarme.